Las exigencias del mundo actual, traen nuevos retos para la educación, ya que esta deberá responder a las necesidades del mundo laboral por medio de aprendizajes contextualizados y de la adquisición de competencias por parte de los estudiantes pero, sin dejar de lado el análisis y la reflexión del mundo que lo rodea, de las relaciones que el propio individuo tiene como ser fundamentalmente social.
En este sentido, las finalidades del mundo del trabajo y de la educación son distintas; y por ende los logros que debe perseguir cada una también, sin embargo, debe ser posible que la educación responda a estas dos finalidades, ya que los estudiantes tendrán que ser profesionales con competencias para responder a las necesidades de las empresas, pero también para desarrollarse en la sociedad y contribuir a que esta progrese, siendo este un fin de la educación.
Desde este punto de vista, el docente debe conocer su papel como mediador en este proceso de aprendizaje del estudiante. El profesor debe crear situaciones o ambientes de aprendizaje en los que el estudiante tenga la necesidad de aprender y por ende transformar sus conductas en aquellas que con toda intención los profesores pretenden que sucedan, empleando la teoría de aprendizaje que sea necesaria para lograrlo. El papel que tiene la mediación es fundamental y debe de contener de acuerdo a R. Feurstein 1990, por lo menos las siguientes características: intencionalidad, trascendencia, mediación de significado, mediación del sentimiento de capacidad del estudiante, mediación del control del comportamiento, del comportamiento de compartir, mediación de la individualización, de la búsqueda, planificación y logro de objetivos, mediación de la búsqueda del conocimiento y novedad , por último mediación del sentido de pertenencia.
Definitivamente considero que el aprendizaje es un proceso muy complicado, difícil de observar y medir de una forma sencilla, en ocasiones es imposible de medir con cierta acción; más aún, si consideramos que el resultado del aprendizaje es la transformación interna del sujeto, la transferencia de los conocimientos adquiridos a su contexto; lo que se ve reflejado en la conductas que el educando tiene y que están presenta en la forma de “ser” en la sociedad; aprender entonces resultará en un cambio del individuo que aprende, si ese cambio es interno no se puede evaluar con simples preguntas, es necesario entonces contar con más elementos de juicio que permitan saber si el estudiante aprendio por lo que entonces , se deberán utilizar instrumentos diseñados para especificamente para tal fin. El educar para trascender no es entonces una tarea sencilla ni puede lograrse con cualquier contenido, este debe ser específico y determinado por el propósito de aprendizaje, al igual que la evaluación. Es aquí donde la tarea del docente como mediador es trascendental y debe estar encaminada a favorecer el interés por el aprendizaje.
En este sentido, las finalidades del mundo del trabajo y de la educación son distintas; y por ende los logros que debe perseguir cada una también, sin embargo, debe ser posible que la educación responda a estas dos finalidades, ya que los estudiantes tendrán que ser profesionales con competencias para responder a las necesidades de las empresas, pero también para desarrollarse en la sociedad y contribuir a que esta progrese, siendo este un fin de la educación.
Desde este punto de vista, el docente debe conocer su papel como mediador en este proceso de aprendizaje del estudiante. El profesor debe crear situaciones o ambientes de aprendizaje en los que el estudiante tenga la necesidad de aprender y por ende transformar sus conductas en aquellas que con toda intención los profesores pretenden que sucedan, empleando la teoría de aprendizaje que sea necesaria para lograrlo. El papel que tiene la mediación es fundamental y debe de contener de acuerdo a R. Feurstein 1990, por lo menos las siguientes características: intencionalidad, trascendencia, mediación de significado, mediación del sentimiento de capacidad del estudiante, mediación del control del comportamiento, del comportamiento de compartir, mediación de la individualización, de la búsqueda, planificación y logro de objetivos, mediación de la búsqueda del conocimiento y novedad , por último mediación del sentido de pertenencia.
Definitivamente considero que el aprendizaje es un proceso muy complicado, difícil de observar y medir de una forma sencilla, en ocasiones es imposible de medir con cierta acción; más aún, si consideramos que el resultado del aprendizaje es la transformación interna del sujeto, la transferencia de los conocimientos adquiridos a su contexto; lo que se ve reflejado en la conductas que el educando tiene y que están presenta en la forma de “ser” en la sociedad; aprender entonces resultará en un cambio del individuo que aprende, si ese cambio es interno no se puede evaluar con simples preguntas, es necesario entonces contar con más elementos de juicio que permitan saber si el estudiante aprendio por lo que entonces , se deberán utilizar instrumentos diseñados para especificamente para tal fin. El educar para trascender no es entonces una tarea sencilla ni puede lograrse con cualquier contenido, este debe ser específico y determinado por el propósito de aprendizaje, al igual que la evaluación. Es aquí donde la tarea del docente como mediador es trascendental y debe estar encaminada a favorecer el interés por el aprendizaje.
¡Hola,Griselda! Me gusto mucho leer tu blog. Es interesante la aplicación que haces del los enfoques en relación a las competencias genéricas. Muy acertada la comparación. Y coincido contigo en el punto de vista holístico. Es un gran compromiso adentrarnos como facilitadores para apoyar al joven desde un enfoque total, no sólo académico, sino personal y social. Ojala todos los que nos dedicamos a la docencia tomáramos conciencia de esto. Quizá nuestro mundo funcionaría de mejor manera.
ResponderEliminarTe envío un saludo cordial. Hasta pronto.
Silvia Corella.